26-12-2012.- Raúl Urrutia, ex rector de la U. del Mar que denunció las operaciones de los dueños para enriquecerse a costa del plantel, evalúa positivamente haber tomado cartas
en el asunto, ya que en caso contrario “no habría pasado nada”, apuntando a la histórica pasividad del Mineduc frente a la conocida práctica de lucrar por parte de diversos planteles. Además, critica el silencio de Harald Beyer, en torno al futuro de los alumnos de la del U. del Mar, ad portas de ser cerrada.
El 29 de mayo pasado el ex presidente del Consejo para la Transparencia y ex diputado por Renovación Nacional, Raúl Urrutia, abrió una caja de pandora en el mundo de la Educación Superior que hasta hoy trae consecuencias. Ese día, el entonces rector de la Universidad del Mar presentó su renuncia a través de una dura carta en la que denunciaba cómo el plantel operaba obteniendo millonarias ganancias a través de sus inmobiliarias mientras acumulaba deudas a cuenta del no pago de sueldos a imposiciones de los trabajadores.
Según hizo público el abogado, mientras se adeudaban más de 500 millones de pesos en imposiciones a docentes y empleados, los dueños del plantel obtenían $ 600 millones a través de sus inmobiliarias.
Siete meses después y en medio del proceso judicial que tiene bajo la mira al lucro en las universidades y a la credibilidad de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), cuyo ex presidente Luis Eugenio Díaz, está en prisión preventiva junto a otros dos rectores por cohecho y lavado de activos, Urrutia evalúa los alcances de su denuncia y recalca que por más de veinte años las autoridades no hicieron nada al respecto, pese a tener las herramientas para ello.
-Cuando expuso lo que pasaba dentro de la Universidad del Mar, ¿se imaginó lo que iba a desencadenar?
-La verdad es que no. Lo hice por un tema de responsabilidad, renuncié pensando que el tema dentro de la Universidad era insostenible por un hecho muy simple: no se podía mantener el proyecto sin pagarle a profesores sus cotizaciones y sueldos, sin que los empleados pudieran sacar bonos para atender a sus hijos por el no pago a sus Isapres. Era inaudito que en vez de eso me exigieran el pago de arrendamientos para solucionar el problema de la inmobiliaria. Por eso tomé la decisión, sabiendo que internamente en la Universidad esto tendría un coletazo muy fuerte, ya que yo tenía el respaldo de profesores y alumnos. Pero después fue como una bola de nieve y hemos llegado a todo lo que el país ya conoce.
-¿Cómo evalúa hoy su decisión de hacer esta situación pública?
-Si no hubiera dicho nada no habría pasado nada. Después de más de veinte años, nunca se había hecho una fiscalización a las universidades a fondo por parte del Estado, cumpliendo con la función que la ley le otorga. Ahora el Mineduc está fiscalizando todo el tema económico de las privadas y también de las estatales. Creo que fue una decisión bastante responsable la que tomé en ese momento.
-El Mineduc pide el cierre de la Universidad del Mar y miles de alumnos se verán perjudicados, pero no hay claridad de qué pasará con ellos ¿qué rol debería asumir el Estado en esto?
-Hoy es responsabilidad del Estado responder a los alumnos de la Universidad del Mar, a los profesores y al personal. Tendrán que buscar la manera de hacerlo, porque hubo falta de servicio por parte de las autoridades por mucho tiempo y que es una de las causales para exigir la responsabilidad extra contractual del Estado, cuestión por la que tiene que responder, pagar una indemnización. Hoy no se sabe qué va a pasar con los alumnos ni con el anuncio del cierre del plantel. Y alguien tiene que responderles.