Empatía prestada, el raro amor de los Chilenos

mapucheQuizás tendremos que cuestionarnos la manera en que estamos vendiendo con simbolismo, condicionamiento y subconciente, ocupando plazas sensoriales que no nos corresponden y detonando conductas y patrones que llevan a la sociedad cada vez más a su polarización.
No pude mantenerme ajeno al ser mediáticamente bombardeado por los medios en el reciente caso de Trinidad Gelfenstein, un hecho lamentable como la muerte de cualquier persona joven, pero que llama la atención como fenómeno social. Cadenas de oración colmaban twitter y facebook como respuesta a los diarios y noticieros, uniendo al país en un momento de profunda unión espiritual y solidaria.

¿Por qué empatizamos tanto con este caso?, ¿por qué todo un país reacciona de esta manera?

Podríamos pensar que de alguna manera sentimos una cercanía mayor con niños rubios ABC1 que con las minorías étnicas propias de nuestra realidad física y social (nada contra trinidad ni su familia).

Vemos que es prácticamente imposible para el chileno común empatizar con una minoría étnica como los Mapuche, aunque el promedio del chileno es más parecido físicamente a un mapuche que a un nórdico, pululan ojos café, tez morena y cabellos oscuros a lo largo de todo el país, promediando una estatura de 1.72. Es decir, debiéramos sentirnos identificados con ellos pero no lo hacemos.

¿Por qué no empatizamos con algo que se ve, huele y sufre/ríe como uno?, ¿por qué empatizamos con una minoría que no es representativa del Pueblo? una minoría que bien parece de otro Chile.

Estas cambiado, Chileno.

El chileno actual vive ajeno al sentir mapuche incluso cuando se trataba de defender a su gente y a su tierra. Y es porque, a diferencia del mapuche, ha cambiado… como resultado del condicionamiento escolar, mediático y social.

Pero ¿cómo es posible que seamos de esta manera?. ¿Es conciente?. ¿Tiene alguna razón de ser ese razgo de nuestra personalidad país?. ¿De dónde viene?.

Primero tenemos que vislumbrar los orígenes de esta conducta, una suerte de discriminación selectiva. Determinados rasgos nos acomodan y otros nos importan nada o muy poco.

¿Por qué los problemas de mi vecino o los míos deben ser una verguenza que no se exponga y queremos proyectar una imagen de país distinto? ¿Tiene que ver esto con un concepto aspiracional?. De todas maneras, basta con observar que tras cada participacion internacional, los diarios se vuelcan a analizar cómo se refieren a nosotros, como nos ven, si brillamos algo o si obtuvimos la atención, consumimos ávidamente el cotilleo internacional con sucesos como el de los 33 mineros. en el que no se desaprovechó un minuto, en un ejercicio perfecto de manipulación.

Buscando al responsable.

No quiero con esto decir que hay un responsable , sino que prefiero hablar de una consecuencia social observable producto de ciertos métodos para vender, comunicar o someter. La mentalidad del Chileno está profundamente condicionada para responder de una manera determinada.

¿Como funciona el condicionamiento?

El científico ruso Ivan Pavlov descubrió en 1921 que los perros a los que estudiaba su sistema gástrico, salivaban ante la sola presencia del alimento (probablemente un suculento filete asado). Luego probó con alimentarlos mientras marcaba un golpecito a un ritmo de 100 BPM, al cabo de poco tiempo, los animales salivaban tan sólo escuchar el golpecito. Cabe señalar que salivar es un proceso involuntario e incontrolable, probablemente si le pido que Usted salive, va a tener que imaginar algo que le produzca salivación como un limón o un jugoso filete, confirmando este condicionamiento. Por otra parte no hay manera que el perro asocie de forma natural dicho golpeteo con la inminente alimentación.

Por otra parte sabemos que el neuro marketing, es la aplicación comercial de los estudios derivados tanto del condicionamiento clasico de Pavlov y el condicionamiento operativo (conciente). Esta rama del marketing nos enseña a utilizar tanto técnicas investigativas como la aplicación práctica de los descubrimientos de condicionamiento. Es decir, busca estudiar y luego aplicar una campaña publicitaria que genere una emoción o un sentimiento asociado a un producto o marca (óptimo) que detone el impulso de compra.

¿Sabemos si el marketing influye sólo en nuestro comportamiento de compra o si también es un condicionamiento social?

La publicidad funciona a nivel básico, es decir la técnica de impregnar el mensaje para detonar los impulsos es a un nivel tan profundo que es convenientemente irreconocible, es decir nadie revela sus motivaciones de compra, las que son desconocidas para el cerebro conciente, la conciencia buscará siempre justificar racionalmente sus decisiones.

La publicidad a la que hemos sido expuestos por la televisión, radio, diarios, revistas, etc, funciona de manera muy subrepticia, ningún mensaje muestra sus verdaderas intenciones. Las marcas quieren ganar sus espacios en los corazones de sus clientes a toda costa utilizando desde el condicionamiento hasta el simbolismo (piramides, cruces, estrellas) ligados a detonar asociatividades profundas del subconciente. La nueva iglesia de la TV puede llevar a un televidente al clímax y manipular sus emociones como en una montaña rusa, de la carcajada al llanto. La televisión y los anuncios comerciales son tan fuertes que nos generan sentimientos, para incluso volver a buscarlos en youtube y encontrar más dosis de «felicidad».
Corazones?

Con el avance natural de la ciencia, la tecnología, el consumismo, y la sociedad, también hay una adaptación de la publicidad. Ya no se puede vender como hace 40 años, aunque la técnica está. Cada descubrimiento en el área de la neurología es vital para entender como compra, o los procesos por los que compra, tanto un consumidor, un vecino o un votante. Lo que hace un político es vender y al igual que los vendedores, busca imprimir una idea en su cerebro, con métodos para que la idea quede ahí, impregnada, enraizada , creando asociaciones nuevas, y disgregándose como un organismo vivo.

Las Corporaciones quieren apoderarse de sus emociones, por eso hemos hecho esta analogía entre el corazón y las marcas, aunque bien sabemos los procesos emocionales se efectúen en el cerebro, es pára entenderlo mejor. Una Corporación quiere que su cerebro se haga una impresión durable de determinada marca, para ello utilizará sus propios sentimientos no invocándolos evidentemente, pero si generándolos de manera espontánea al exponerlo a determinados conceptos (símbolos, palabras, frases, desnudos, figuras sicológicas fuertes.)

Otra apelará al miedo, la mas potente de las emociones, aunque usted no lo note, cada mensaje publicitario que le hace erizar el pelo tiene su objetivo cumplido, las marcas no buscan vender, buscan un lugar en su «corazón». Los compradores de determinada marca de celular no dudan ni dudarán en sus decisiones de compra, su impregnacion es tan efectiva que ningún argumento racional como mas capacidad, velocidad, precio, etc…Ningún argumento racional vencerá a la marca de su corazón y repetimos, esto es inconciente.

Quizá es culpa de la publicidad, quizá es culpa de las corporaciones, quizás de los publicistas, de cada canal, o de uno mismo, quizás es la evolución de cada elemento por separado que culmina en un momentum de maldad, pero lo que sea, algo influenció la mente de los chilenos al grado de enseñarnos lo que nos agrada y a lo que debemos temer. A que si alguien crea una iglesia donde los santos son marcas, nosotros decimos amén.

Y cuando vemos conflictos con indígenas en un periodismo sesgado y piezas publicitarias magistrales y fascinantes en contraste, podemos ir dilucidando por qué actuamos de determinada manera en el supermercado, pero también en las redes sociales y quizá en las Urnas de votación y tendremos que cuestionarnos la manera en que estamos vendiendo con simbolismo, condicionamiento y subconciente, ocupando plazas sensoriales que no nos corresponden y detonando conductas y patrones que llevan a la sociedad cada vez más a su polarización.